Al comienzo, se puede comparar con una vida que está a punto de nacer. Luchan por salir del vientre y entrar a la vida universitaria, muriendo algunos en el intento (unos entran con facilidad y otros pueden ser que necesiten de ayuda para quitarles el cordón umbilical del cuello. Todos se dirigen hacia allá a veces sin saber el por que (por inercia, los nuevos bachilleres salen como si formaran parte de una ola, dispuestos o no a estrellarse contra las orillas de la universidad).
Ya estando dentro, todo es felicidad, color de rosas (azul para algunos y negro para otros). Todos quieren saber que es estar “libre” y no ser controlados por un horario obligatorio donde llaman a tu representante si no lo cumples; hay quienes se dejan atrapar por esta falsa fantasía y después no llegan a nada, otros empiezan a entrar en razón y saben que les puede esperar si no cumplen con lo que es debido (unos antes que otros, pero si lo hacen pueden llegar a algo).
Después la universidad te va enseñando dentro del aula y fuera de ella (aunque no lo crean, es más, yo creo que te enseña mas afuera). Dentro te puede enseñar algo académico que seguro después se te va a olvidar, pero según estimula el aprendizaje, la forma en como llevar un trabajo organizadamente y recordar fácilmente algo de lo olvidado si lo necesitas (ni tan fácil, pero si). Fuera es otra cosa, te enseña a tratar con una gran diversidad de personas, las personas hipócritas desarrollan sus habilidades en gran manera y les enseñan a los que no lo son a como serlo, también te muestra la diferentes formas en como se puede presentar el sexo opuesto y sus comportamientos, otra cosa muy buena es el saber divertirse de diferentes maneras, con amigos o sin ellos (si no están en ese momento se buscan en donde quiera que estén, así estén entrando a un examen o en la casa durmiendo), (como esto es para todos) en la biblioteca se consigue buen material para culturizarse, algunos que ni te imaginas que existen y otros clásicos. Claro está, hay quienes raspan algunas de esas, pero como no son evaluadas logran salir de la universidad graduados.
Una de las enseñanzas más fuertes (fue la que me hizo escribir esto, para dedicárselo a una amiga que está pasando por algo relacionado) es el lidiar con los profesores. Los hay necios, anti-parabólicos, babosos, serios, brutos, inteligentes, panas, cínicos coño e madres o solo coño e madres también, “correctos”, “justos” y otros. En cierto modo son personas comunes, pero, la diferencia está en que ellos te están viendo en todo momento y para colmo tienen un poder sobre ti. Algunos dicen que tienen que ser así para enseñarnos y otros lo son porque si (como cualquier persona común pueden tener problemas, el problema es que te pueden perjudicar por algo en el que tu no tengas nada que ver). Grave, es cuando llegan a tener problemas justo antes de redactar un examen, no menos aún a la hora de la última revisión del examen que decide si pasas o no (en ese caso es mejor meditar, bañarse, buscar cuanto invento hay para atraer la energía positiva, y además, encomendarse a Dios), o cuando tengan que tomar alguna decisión acerca de tu futuro académico por alguna razón (que es el caso de mi amiga). Pero así lo quieran o no los profesores, te enseñan en cierto modo (aunque no lo crean), hay que verle el lado positivo.
Resumen: La universidad es buena, disfrútala hasta cierto punto.